Participación de Madres y Familiares junto a la FEUU y Estudiantes de Secundaria en el acto del 1° de Mayo, organizado por el PIT-CNT
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Oratoria leída el 1° de Mayo de 2015,
en el acto organizado por el PIT-CNT
Agradecemos al Pit Cnt,
este espacio en el acto de los trabajadores.
En estos largos años de
buscar a nuestros familiares hemos tenido que aprender sobre leyes, a indagar
en los archivos, a escribir comunicados y también a ser persistentes, a no
desmayar, a convencernos que la búsqueda no termina ni con la muerte, ya que el
dolor que guía el eco de las preguntas ¿quién, cómo, dónde, cuándo, por qué?,
no prescribe.
Aprendimos que intentar
dar vuelta una página de la historia sin leerla es condenarse a vivir sin
pasado. Y que de la verdad no hay retorno.
También aprendimos que no estamos solos.
Que siempre hay manos
tendidas dispuestas a ayudar, a brindar su apoyo para cada tarea necesaria. Que
son muchos los que sienten a los desaparecidos como “compañeros de la vida”,
que “Todos somos Familiares”.
En estos años hemos
tenido que avanzar en muy diferentes circunstancias, primero con los temores
naturales durante la dictadura, luego con gobiernos que no sólo fueron
cómplices del pacto de silencio de las FFAA, sino que utilizaron todos los
medios posibles para consagrar la impunidad e intentar el olvido.
Hasta llegar a los
gobiernos actuales, en los que se dieron
pasos muy importantes, pero que siguen siendo absolutamente insuficientes. La
verdad sigue ausente, los juicios se paran o enlentecen; en estos 10 años sólo
hemos ubicado, en Uruguay, los restos de 4 compañeros desaparecidos y sus
asesinatos y desapariciones permanecen impunes.
La falta de justicia
sobre los crímenes del terrorismo de estado, sostenida durante tantos años, ha
fortalecido la cultura de impunidad y los logros obtenidos, unos pocos
militares y civiles condenados, no logran funcionar como una derrota a la misma. Las acciones
contradictorias de los últimos gobiernos han
postergado un necesario impulso total y franco de los 3 poderes del
estado en este sentido.
Entendemos que debe
haber una actitud más enérgica desde el gobierno para lograr avances más
significativos.
Vemos con expectativa,
la creación del actual Grupo de trabajo por verdad y justicia, en torno a este
tema, aunque aún no se ha formalizado el decreto que establezca los cometidos
de su nombre.
Decidimos aceptar
integrarlo, en la convicción que su eje central
sea investigar y esclarecer el destino de cada desaparecido, establecer
las responsabilidades en cada uno de los más de 200 asesinatos y de las
torturas vividas por miles de presos políticos de ese período y llevar a la
justicia a los responsables; sean militares o civiles, autores o cómplices
de ésta barbarie.
Sin el esclarecimiento
de todos estos delitos de lesa humanidad, no se construye una democracia
duradera.
Fueron las fuerzas
armadas quienes introdujeron en nuestro país el terrorismo de Estado, fueron
ellos como Institución que avasallaron los derechos ciudadanos cometiendo
crímenes aberrantes incluso a niños: no nos olvidemos de los niños uruguayos que aún permanecen
desaparecidos.
Tienen la mayor
responsabilidad, (aunque no la única) Ellas han sostenido una actitud de
desafío constante. La mentira y la ausencia de colaboración para esclarecer
estos delitos han sido su invariable
respuesta a una sociedad a la que sí reclaman una inmerecida reconciliación.
Los más recientes
comandantes de las FFAA, esgrimen el argumento de la natural depuración en función
de los retiros por edad, y no asumen su responsabilidad institucional.
Los archivos de
inteligencia no se han abierto para obtener información.
Los mandos nunca han
sometido a tribunales de honor a los pocos condenados por estos delitos. Son
ellos, más que nadie, quienes deben aportar la verdad. Verdad que
comprende el Cuándo? Dónde? Cómo? Por qué? Y quiénes son los criminales?
Desde el propio
Ministerio de Defensa ha habido
pronunciamientos, que lesionan, y en nada ayudan a adelantar en las investigaciones.
Y es indudablemente el
gobierno quien debe denodadamente exigir y buscar información, dentro de las
fuerzas armadas, para entregarla a los jueces, investigadores y víctimas.
Pero también la Justicia
tiene una enorme deuda con la
sociedad. Era muy cómodo para ésta el actuar en el marco de
una interpretación perversa de la ley de caducidad, que les permitía archivar
todas las demandas de los familiares de las víctimas.
Cuando algunos Jueces y
Fiscales decidieron avanzar, se encontraron con múltiples murallas: en esencia
una Suprema Corte de Justicia complaciente, que ha trasladado jueces, y que se
ha negado sistemáticamente a aplicar las leyes internacionales referidas a los
delitos de lesa humanidad, a las que nuestro país ha adherido.
Como última muestra, en
un fallo reciente, inapelable, absolvió al policía retirado Ricardo Zabala,
procesado en 2012 como cómplice del asesinato del maestro Julio Castro. La
sentencia adoptada por mayoría es gravísima; ignoran los hechos y las pruebas y
aplican nuevamente la infame ley de caducidad aduciendo “obediencia debida”,
dejando a su familia y al país, una vez más, sumidos en la más absoluta
impunidad.
Impunidad que se
convierte en una amenaza constante a toda justa lucha popular.
Hacemos un llamado al Parlamento,
un llamado a la responsabilidad a la hora de nombrar a los Ministros de la Suprema Corte de
Justicia. Del Poder Legislativo depende que allí estén los que verdaderamente
han de impartir Justicia.
Compañeras y compañeros,
en estos más de 40 años de búsqueda han quedado en el camino muchas madres, se
han ido sin conocer el destino de sus hijos. Pero tengan la certeza que tras
ellas siempre habrán familiares, amigos, los trabajadores y compañeros de
desaparecidos reclamando por ellos, exigiendo VERDAD, JUSTICIA Y NUNCA MAS.
Hoy concurrimos a este
acto junto al movimiento estudiantil, a quienes debemos agradecer, pues son
ellos que sintiendo nuestras banderas han impulsado la consigna de TODOS SOMOS
FAMILIARES.
Ada Margaret Burgueño,
tenía 24 años cuando en 1977 fue detenida-desaparecida en Buenos Aires. Como
tantos jóvenes de la época, era poeta, y premonitoriamente escribió:
“Amar
sin dejar rastro, morir sin dejar rastro, vivir sin dejar rastro.
Y
nosotros acá
acribillados
de palabras
lívidos,
inertes,
furiosamente
muertos.
Yo
voy desparramando señales
que
ni se ven
poniendo
avisos en letra negrita
que
dicen cosas que ni yo entiendo
pero
igual espero, que por ahí
alguien
sepa deletrear las claves
de
mis pocos vistosos letreros
y
asimismo, yo espero”.
Así lo expresaba Ada.
Para todos aquellos que
nos acompañan a buscar las señales, los rastros, las claves de “los pocos
vistosos letreros” de nuestros desaparecidos, muchas gracias.
Ellos nos siguen
esperando.
El
miércoles 20 marchamos bajo la consigna “¡Basta ya de Impunidad! Verdad y
justicia”.
Los
invitamos y esperamos a las 19 hs. en Rivera y Jackson.
VERDAD,
MEMORIA, JUSTICIA, NUNCA MÁS TERRORISMO DE ESTADO.
Madres
y Familiares de Detenidos Desaparecidos
Mayo
de 2015
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