miércoles, 21 de octubre de 2009

Palabras de Madres y Familiares en Acto por Anulación


ACTO 20 0ctubre 2009 - Cierre de Campaña por Anulación de la Ley de Caducidad

Este es un día de particular emoción para nosotros, los Familiares.
Hoy era el cumpleaños de nuestra querida LUZ, una compañera de todas las horas en nuestra lucha.
La casualidad de la fecha elegida para esta impresionante marcha la tiene presente, como siempre están, los Familiares que ya no están entre nosotros.

Siempre hemos dicho que las banderas que hace más de 30 años levantamos: de VERDAD, JUSTICIA Y MEMORIA, NO NOS PERTENECEN SÓLO A NOSOTROS. Son banderas de todos.
Son banderas que significan los valores que sostienen a una sociedad:
Banderas de dignidad, de lucha por la vida, de amor.
Nunca caminamos solas. Siempre tuvimos el apoyo, el sostén, el acompañamiento y también el empujón de mucha gente querida.

Hoy nos convoca nuevamente la ignominia del pasado.
Para nosotros, son las nuevas generaciones quienes deben tomar estas banderas por la dignidad de un país. Es a ellos a quienes convocamos a reflexionar; es pensando en ellos que no bajamos los brazos. Esa es y será siempre la fuerza de los avances. Que los jóvenes no resignen sus derechos, que éstas banderas por la vida y la justicia la sientan propias.
Por eso su invitación, su propuesta de llevar ellos las fotos de nuestros hijos, nos conmovió y nos da la paz necesaria de que esta lucha se continuará.

Porque la verdad, la justicia, son valores que siempre y por distintas razones a lo largo de los tiempos, se ven atacados, menoscabados. Siempre es necesario estar alerta, defenderlos, pelearlos.
El miedo fue y es el factor paralizante que maneja el autoritarismo. Nos llenó de miedo la dictadura, pero también por muchos años nos invocó el miedo la democracia. Así salió votada esta infame Ley que este domingo debemos anular.

Es justo reconocer que en este gobierno el conocimiento sobre lo sucedido en los años del Terrorismo de Estado, tuvo un avance substancial. Había que ingresar en los cuarteles y se ingresó, se buscó y se halló.
Contamos con las publicaciones de las investigaciones de la Universidad de la República -que son un aporte fundamental- se pudo procesar y encarcelar al dictador Bordaberry y otros militares emblemáticos por su práctica de terror gracias a los juicios que con inteligencia y tenacidad consiguieron sortear las limitaciones de la ley.

Tuvimos avances en la difusión y acciones que incluyen a la sociedad: como la inclusión del tema en los Planes de estudio, las conmemoraciones y reconocimientos oficiales y de las organizaciones sociales Todo esto va descorriendo el velo de olvido. Va rescatando la necesidad de la Memoria. esto ha significado un avance enorme, un patrimonio de todos: El pueblo uruguayo ha ganado en conciencia
Entonces, ¿qué sentido tiene mantener esta ley?

El perjuicio ocasionado a nuestra sociedad, lamentablemente está hecho. ¿Cómo cuantificar el daño profundo de años de ocultamiento, mentiras y miedo?

Pero la pregunta urgente es: ¿cuándo comenzaremos a revertirlo?

Porque su mantenimiento implica la vigencia en este presente de aquel pasado dictatorial.

Porque mientras no lo hagamos, continuaremos atados a ese pasado que lesiona profundamente la sensibilidad moral de nuestra gente.

Los motivos invocados para imponerla perdieron toda validez -si es que alguna vez la tuvieron-, y sólo puede ser defendida con argumentos perimidos y por quienes pretendan perpetuar ese pasado.

Anular esta Ley, es terminar con el discurso de la IMPUNIDAD.
Es diferenciar totalmente las responsabilidades de la dictadura de las responsabilidades de la democracia.

Tenemos una deuda, con los desaparecidos, los asesinados, los torturados. Sólo la Verdad y la Justicia pueden encaminarla.

Pero tenemos una deuda con el presente. Con las normas de relacionamiento que queremos hoy en nuestro día a día: TODOS con iguales derechos e iguales responsabilidades.

Anular la ley es un mandato ético inexcusable

Sólo aprendiendo de lo vivido, defendiendo los valores de la Verdad, la Justicia y la Memoria lograremos que lo ocurrido no suceda Nunca Más.

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