lunes, 10 de septiembre de 2012

Libro LA SAL DE LA TIERRA


Este libro fue escrito dentro del penal de Punta de Rieles, a fines de 1982, por un grupo de presas políticas, y que en la introducción resumían así:

Siempre hemos buscado crear o recrear episodios u obras de diversa índole (literaria, teatral, musical, etcétera) para enriquecer nuestra vida tan recortada por la circunstancia misma de la cárcel.

También tratamos de acompañar la vida de nuestra gente, a pesar de la separación impuesta. Una de las tantas formas es conmemorar dolores y triunfos de nuestro pueblo y de otros pueblos en lucha, así como los hechos políticos que van sucediéndose que significan avances, y cosas internas como los cumpleaños o las libertades.

Navidad y fin de año, por ser parte de la tradición popular, y no por razones religiosas, merecen también para nosotras una forma propia de celebración. Son días en los que se siente especialmente no estar en nuestras casas y necesitamos hacer cosas que nos afirmen colectivamente en nuestra capacidad y empeño de construir, de vencer límites, de alguna manera, de vencer la cárcel.

Nos dividimos en dos grupos de trabajo. Uno de ellos quería hacer una obra de teatro. Había que encontrarla.

Ese año hubo hechos que introdujeron el tema de la condición de la mujer y su participación política y social, generando diferentes niveles de interés y de intercambio. Entre ellos se destacaba especialmente el grado de movilización de nuestras madres, a las que vimos crecer como mujeres, pasando de su calidad de amas de casa a la de personas comprometidas en la lucha por la libertad y dignidad humanas, es decir a compañeras.

El grupo de teatro quería recoger esta inquietud. Después de mucho pensar recordamos el guión de una película que resultaba adecuada a ese fin. Se trataba de La sal de la tierra, coproducción estadounidense-mexicana, que relata una huelga de mineros mexicanos que luchan por la equiparación con sus pares del Norte, quienes merecían de la compañía mejores niveles salariales y mejores condiciones de trabajo. La acción de las mujeres, compañeras de los obreros en huelga, define el conflicto y determina su victoria.

Como complemento a la preparación de esa obra, y buscando una generalización del tema, organizamos una especie de concurso literario, sin premio, cuyo tema era genéricamente “La mujer”. Este libro es el resultado.

Un subgrupo se encargó de recepcionar los textos y armar el libro, con los precarios elementos disponibles. Se pasó en limpio, se complementó a último momento con algunos dibujos copiados de pinturas o fotos que teníamos a mano. Se le hizo una carátula ilustrada. Necesitaba un título y decidimos que fuera también La sal de la Tierra, por entender que expresaba la intención del trabajo. En la antigüedad la sal era un elemento precioso por ser vital para la humanidad y ser escaso. Por extensión “sal de la Tierra” se usa para referirse a cosas de particular excelencia.

Fue leído por primera vez en la jornada del 25 de diciembre de 1982 en una ronda de mate y cuento, por todas las presentes, respetando el anonimato de las autoras. Esto se decidió simplemente porque se trata de un producto colectivo.

No pretendimos calidad literaria sino una búsqueda conjunta de mejor valorizar nuestra condición de mujeres, como otro medio de desarrollar la conciencia de la doble explotación de la mujer. Nos buscamos, nosotras, en la intención de reconocer la entrega, el sacrificio, el dolor e incluso la opresión de nuestras semejantes.

Esta obra, con todo lo que aspira y todos los límites que tiene, pertenece, como nosotras, a nuestro pueblo.

Cabe decir, finalmente, que la mayor parte de las autoras permanecen presas, del lado de adentro de los muros, luchando por corresponder al esfuerzo militante que terminará derribándolos.

En ese deber y esa confianza entregamos algo nuestro para que sea Nuestro.

(Agosto de 1984)

Treinta años después...

En los meses siguientes a la publicación de este libro salieron de la cárcel todas las presas políticas; las últimas de ellas el 14 de marzo de 1985.

Esta nueva edición de La sal de la Tierra pretende rescatar uno de los trabajos creativos con que las presas dignificaban su vida resistiendo el olvido y los intentos de destrucción intelectual y social.

Muchas de las mujeres que se empeñaron en la escritura de estos textos ya no están entre nosotros. Ellas son Mabel Araújo, Esther Uribasterra, María Julia Menvielle, Rosina Carro, Yessie Macchi y Julia Armand Ugón. También se fueron la mayoría de las madres de las presas del sector C, donde se forjó este libro: y que fueron baluarte de la lucha por la amnistía general e irrestricta que terminó liberando a sus hijas e hijos.

Dedicamos a ellas esta nueva edición.

(Agosto de 2012)
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Proclama 30 de Agosto de 2012

Esta fecha nos llama, como siempre, a homenajear a los Detenidos Desaparecidos; a todos sin distinción alguna, de todo el mundo.
A aquellos que han sufrido el terrorismo de Estado, pagando un alto precio por sus luchas sin pausas, sin transar con el poder establecido.
Centramos en nuestros uruguayos desaparecidos y en ellos están presentes todos los Detenidos Desaparecidos de América.
Todos los años intentamos evitar que la memoria colectiva se llene de olvidos, olvidos pequeños y más grandes. Que la memoria nos diga de la condición de luchadores políticos y sociales comprometidos con las causas de los más pobres. Donde se llamaban enemigos a los que causaban esa pobreza. Esa memoria nos dice de jóvenes que se entregaron con mucho amor, apasionadamente, enarbolando sueños y utopías, coraje y principios, con apenas una sencilla maqueta de ese mundo nuevo a construir. Cuánto peligro encerraban esas propuestas!!!
La felicidad futura era impensable para los amos del Norte y sus aliados corruptos nacionales.
El águila de muchas estrellas elabora su respuesta. El gendarme del mundo no puede tolerarlo, ya tiene preparada la política futura para América Latina.
El neoliberalismo y las políticas de mercado y privatizaciones se instalarán en América Latina: políticas de pobreza y sometimiento.
Es así que el plan de exterminio se concreta. Servicios de inteligencia, dictaduras viejas y nuevas, agencias de espionaje, conferencias de ejércitos, conjuras, políticos corruptos y cobardes envalentonados, a la orden de los dueños del capital deseosos de que se instalen las nuevas políticas económicas.
Los sueños y utopías se arrasan con tortura, exilio, prisión, asesinatos y desaparición forzada. El movimiento social y los partidos políticos opositores son el objetivo a derrotar. A América Latina le cuesta más de 200 mil muertos y desaparecidos.
Los militares surgen como nueva clase social por su poder y posición económica.
Si a alguien se le ocurre pensar que las FF.AA. son las gloriosas de San Martín, o las de O’Higgins, Simón Bolívar, José Artigas y otros, se puede deducir a que se debe a alguna de estas razones: a) es inimputable o traidor; b) militar o parecido; c) que la memoria se le llenó de olvido.
La memoria nos llena a veces de desazón y angustia. Escuchar a connotados personajes, las más variadas sentencias sobre el pasado y el presente:
1) que son (los desaparecidos) cosa del pasado;
2) que a estas FF.AA. que no son aquellas, les ponemos una pesada mochila;
3) que los asesinados y desaparecidos eran soldados de una revolución y no luchaban por una reparación;
4) que no se puede construir el futuro si vivimos en el pasado;
5) siempre estuvimos en un error: el BID y el FMI son cosa buena;
6) hay que cuidar a las multinacionales y no hacer paro por cualquier cosa (conflicto de la naranja por descanso en las 8 horas y condiciones laborales).
Más nos preocupa porque vienen de la izquierda política.
Creemos que sea en “nube o tumba”, al decir de Mario Benedetti, o en cualquier sitio que estén, nuestros desaparecidos harían llover mares de lágrimas.
Nos aferramos a la idea de que no desaparecieron en vano. Que sus luchas abrieron surcos por donde pasan a caudales ríos de conciencia, solidaridad y entrega.
Ellos no han pedido nada. Nosotros demandamos ante las autoridades VERDAD y JUSTICIA; porque son los gobiernos los que deben responder por los crímenes de los Estados terroristas, violadores de los derechos humanos.
Decía un juez que “un grupo de gente violaba los derechos humanos de otras personas”; todavía en el Poder Judicial no se enteraron que es el Estado el que tiene la capacidad de violar los derechos humanos. Los civiles pueden llegar a cometer delitos sobre las personas.
No aceptaremos que la desaparición forzada es cosa del pasado mientras se continúe con esa práctica en América Latina y no nos entreguen la verdad y se haga justicia.
Estamos construyendo memoria y en esa memoria están todos los que han hecho posible la continuidad de la lucha. Sin ustedes no hubiera sido posible llegar en pie hasta hoy.
Hemos logrado sentir que TODOS SOMOS FAMILIARES. Las muestras de solidaridad y apoyo en todo momento dicen de un compromiso sin pausa.
Si de reconocimientos se trata, no podemos dejar de mencionar a los compañeros de la Secretaría de Seguimiento, su solidaridad, entrega y sensibilidad, más allá de cumplir su función específica.
Asimismo, al conjunto de Jueces y Fiscales que buscan con ahínco darle luz a la noche oscura del Poder Judicial en la dictadura y años posteriores.
No aceptaremos reconciliar con FF.AA. y cómplices. Mantienen secuestrados a nuestros desaparecidos.
Reivindicamos el derecho de la Reparación Integral. El Estado está obligado a reparar la dignidad de las víctimas, con acciones que construyan memoria sobre los desaparecidos.
Respaldamos el ejercicio de la Justicia dentro y fuera de los tribunales y no someteremos nuestra legitimidad en la lucha al uso indebido de las leyes vigentes.
Porque creemos en la juventud, queremos la VERDAD, la JUSTICIA, la MEMORIA y NUNCA MÁS TERRORISMO DE ESTADO.

30 de agosto de 2012